Pido perdón y disculpas por mi extrema dejadez a la hora de terminar mi viaje de este verano; multiples han sido las causas de esta dejadez, lo siento una vez mas y espero poder contaros mis dias transcurridos en los Balcanes.
La etapa de hoy, transcurria desde la tranquila ciudad adriatica croata Kastela, donde pernocte en un camping muy pequeño, pero muy acogedor, a escasos metros de la playa. Un lugar realmente placentero para estar varios dias sin la prisa de volver...pero el camino debia seguir como una procesion de semana santa ha de llegar a su iglesia.
Me levante temprano, alertado por unas campanas de iglesia, en mi poco entender, pareceia que era una alerta, como un fuego o algo que estuviera ocurriendo en el pueblo , mire el reloj y vi que eran mas de 5 minutos de las 6.30; las campanas llevaban cerca de 5 minutos repicando. Esto hizo que me levantara de un latigazo. Despierto y levantado no se veia un gran revuelo, y la tranquilidad de Kastela seguia dormitando. Decidí salir del camping y paseando por el pequeño paseo maritimo, me di cuenta que habia ya bastante luz solar aun con las horas que eran. Aqui parece ser que el sol sale antes...
A la luz todo parecia mucho mas claro; mire al mar y venian ejercitos de pequeñas barcas de pescadores que traian el pescado a tierra. Me di cuenta, que el pueblo ya estaba en pie completamente...tiendas, bares, cafeterias, tiendas en las que vendian una especie de churros con un chocolate muy espeso y con mucho olor...era gratificante notar ese olor a madrugada tardia, a un pueblo que despertaba con alegria, y que la alegria para mi era que quedaba todo el dia por delante. Mi primera intencion fue comprar pescado en la lonja, algo que siempre he querido hacer en España pero que me ha sido imposible, pero claro, el pescado no lo podia llevar ni cocinarlo en ningun sitio, con lo que me quedo con el olor a mar, pescados y demas alimentos que parece que me ofrecia esa mañana.
Con un cafe con leche y un dulce empolvado relleno de crema desayune y en frente tenia al coloso, al monstruo con cabeza de Split. Era caotico, no su circunvalacion, pero cada vez que mas se entraba en las arterias de la ciudad, era mucho mas ruidoso y transitado: Directamente no me gusto, el puerto era sucio y con barcos enormes y una multitud de pasajeros que iban y venian. De todas formas era imposible aparcar, no habia ni un sitio, con lo que decidi seguir camino hacia Dubrovnik. Aun me quedaba camino pero era temprano y podia recorrer la costa como un aeroplano de papel, sin prisa y oteando las costas recortadas del Adriatico, tan azul..tan limpio.
A la llegada a un publo impronunciable, se formo un atasco monumental, y era normal ya que era pleno verano y solo hay una carretera de ida y vuelta que va por la misma costa y se percibia turistas de paises colindantes. Mire el mapa de carreteras y vi que habia un desvio y que a Dubrovnik se podia llegar por una carretera interior y que aunque daba mas vueltas, era por montaña y me apetecia...pues dicho y hecho, la carretera se empino y subi a lo mas alto de la montaña donde habia unas vistas maravillosas. Una vez pasado un tunel hecho a mano, aparecio un pueblo llamo Gata, como el homonimo del que existe en la provincia de Caceres.
Despues de curvear en exceso, la carretera volvia a la que iba por la costa. Ahi estaba Dubrovnik, belleza ejemplar.
Dubrovnik es una ciudad de mar, muy pequeña pero con un encanto especial, es como una pequeña peninsula con calles de marmol blanco y un puerto pegado a la ciudad, que en su totalidad esta amurallada y hace un contraste con su muralla, el mar y la montaña que parecia que hacia de muro de contencion ante tan bonita estampa.
Visite la ciudad en el mismo dia y la abandone cuando casi el sol estaba ya cayendo. Quede deslumbrado de la perla del Adriatico. Dormi en un camping a unos 80 kms de Dubrovnik y con medio camino hecho antes de pasar a Bosnia por Mostar que sera mi proximo capitulo. Os dejo fotos de Kastela, Dubrovnik y su entorno.
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