Resquicios de llamas entrecruzadas en la mañana que se va, el dia amanece y tu presencia se torna irrecuperable. Las mieles del triunfo o de las derrotas son trigo en mi mirada contorsionada al ver el vertigo vertido.
Resquicios de la persistencia enmarañada del sol, hoy hoja perenne en mi corazon, hoy sabia bruta en mi placer nostalgico, hoy recordatorio abrupto de los dias que pasan en la memoria de lo que he vivido sin haberlo bebido, mientras mi silueta es el reflejo de la luna acostado en el sol de las brasas, donde las luciernagas habitan, donde duermen, donde brillan, donde el paso del tiempo es como vertiente de rio en tu mirada cuando lloras y no sabes que explicar.
Resquicios no mas, hoy podria ser yo cuando veo la bruma aterciopelada de los dias que caminan sin mas, ápices de labios que queman en el laberinto del deseo que no encuentro hasta que el dia me mira con alevosia dentro de la lujuria de verte amaneciendo cada dia.
Roberto Amador
13.III. 2 mil 7 (Martes y trece para aquellos que creen, yo desde luego es mi dia preferido)
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