Empiezo a contar mi viaje a posteriori, ya que durante este ha sido tantos los kilometros que he recorrido que cuando acababa el dia lo unico que queria era dormir y descansar para el dia siguiente estar lo mas lucido posible.
La salida era desde mi Cáceres natal; no habia sido un buen principio de verano, pero si un persuasivo final de curso en donde todo lo que habia realizado habia estado de sobresaliente para arriba.
Mi viaje empieza como dije en Cáceres, despues de llenar de provisiones y viveres hasta los topes, la primera parada era en Huesca, donde dormimos en un paraje peculiar y sin precedentes. La noche era fresca, pero amaneció pronto. La prontitud y el dia se aceleraron en aviones que llamaban al amanecer. Era hora de marchar, de marchar a todas las etapas que se perfilaron como en un buen cuaderno de Bitácora.
Fajolados fue un cielo de ojos repetidos y una luciernaga en la noche de los cristales de sonidos de llaves, que abren cerrojos en la noche y que sin querer iluminaron toda la noche que se cernia sobre el dia que dejamos atras.
Os dejo una foto del cine de verano de Huesca. Me llamo la atención positivamente que proyectaran una pelicula en francés con subtitulos y sobre todo el silencio, el respeto y la audiencia que habia.
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