Un dia menos para empezar la recta, o acabar la curva de lo recorrido en el transcurso del verano. Un dia menos, para viajar a caminos ahora ignotos y ver que lo verde es azul si miramos al cielo con la fuerza del agua que recorre mis manos al tocarla. Un dia menos, para saber que destino se escribe con azar y azar con rumbo, porque si no hay rumbo obviamente no hay destino. Un dia menos, para arañar al tiempo un pedazo del volcan que activa mis deseos de estar aqui y alli. Un dia menos, para entrar en el recorrido hiperbolico de los sueños en trazos tan difusos y concisos. Un dia menos, para imaginar que el candente aliento de la noche sea frio en amaneceres de relojes asustados por tener miedo a despertar. Un dia menos, menguando la luna, siendo copo de nieve de Bariloche, golpeador y a veces regolpeador. Un dia menos, para ver la caspa del universo, para mirar las estrellas hoy que Pluton ya no existe y mi estrella brilla en el cielo ahora de Neptuno. Un dia menos, de sombras y auspicios, de silencios y tiempos, de paz y felicidad, de amor lejano o lejano armonia de amores cercanos. Un dia menos, agua que resuena en mi mente como cascadas de hielo en los suburbios de los anhelos que se fueron ante el dia de hoy restamos a la suma de las divisiones de corazones o almas multiplicadas en cuartetos tan perfectos como el pan, que es tu vientre, agua que es tu espuma, sal que es tu mar y trigo que es tu desnudez blanca como la nieve. Un dia menos, para...ser otra vez yo.
Imagen sacada desde El Hotel Los Pinarejos en la localidad de Sarvisé
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